sábado, 14 de junio de 2014

Te extraño, viejo (Post por el día del padre)

A todos los seguidores de este blog les dejo un caluroso saludo por el día del padre. Aprovecho este espacio para colocar una carta que le escribí a mi papá hace aproximadamente un año y que también colgué en mi blog personal.

Te extraño, viejo

Te extraño, viejo.

Lo cual es un toque raro, porque nos vemos una vez a la semana – o por lo menos lo intentamos. Te extraño cuando te hablo y me doy cuenta de que no me estás prestando atención. Te extraño cuando de repente mi historia se puso muy larga y me cortas y empiezas a hablar de otra cosa.

Te extraño cuando intento contarte algo y tu atención se centra en mi medio hermano. Sí, ya sé, viejo. Ya estoy grande para andar poniéndome celosa de esas cosas. Y creo que simplemente es por el hecho de que él vive contigo y yo no. Pero no me malinterpretes, igual lo quiero.

Te extraño y en todo este asunto de hacerlo, lo más irónico es que comprendo por qué lo hago. Sé que te sacas la mugre trabajando para que no me falten cosas. Sé que atiendes llamadas 24/7 y que por eso a veces no puedes seguir el hilo de lo que te estoy contando.

Sé que muchas veces no me contestas las llamadas o me cortas apurado porque justo llamé cuando alguno de tus jefes te reclamaba por algo que no salió a tiempo. Sé también que en innumerables oportunidades terminas supervisando proyectos de madrugada y por eso te quedas dormido cuando intentamos ver una película juntos.

Sé todas esas cosas, viejo. Y agradezco que, aunque sea a duras penas intentes mantenerte al tanto de lo que pasa en mi vida. Agradezco que me preguntes cómo estoy a pesar de que a veces ni siquiera te quedes a esperar la pregunta. Agradezco que te saques la mugre por mí y que intentes, a tu manera, hacerme feliz.


Y aunque te sigo extrañando, te comprendo y te acompaño. Gracias por hacer este esfuerzo desde hace más de 20 años. Te amo.


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