¿Alguna de estas situaciones te suenan familiares?
a. Tu hijo no quiere ir al baño solo.
b. Tu hijo no quiere dormir con las luces apagadas.
c. Tu hijo no quiere estar en alguna parte de la casa solo.
¡Tranquilo! Es normal que durante los primeros años de la niñez los niños se enfrenten a toda clase de temores. Apenas están comenzando a conocer el mundo y el ambiente que los rodea, por lo tanto, es totalmente comprensible que ciertas cosas que ellos desconocen les causen temor.
No solo se trata de la oscuridad, la soledad o algún espacio vacío. Los niños pueden sentir miedo ante cualquier cosa y tu deber como padre es ayudarlos a superarlo. No se trata de acompañarlos al baño hasta que tengan 13 años, sino de conversar con ellos y ayudarlos a darse cuenta de que en realidad ese temor es infundado.
Todas esas cosas contribuyen al fortalecimiento del vínculo que tienes con ellos como padre o madre, y también, por supuesto, a desaparecer esos temores.
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