Estás un día en tu casa o quizás acabas de llegar de la oficina, y mientras conversas con tu retoño sobre su día en el colegio, los nuevos amigos que hizo y su juguete favorito, te suelta, en su tan adorable voz, la temida pregunta: "¿Y de dónde salen los bebés?"
De pronto, se te cierra la garganta y las manos te sudan. Probablemente luces así:
O así:
¿Habrás escuchado bien? Sí, definitivamente sí. Pero no estabas preparado para esto. ¿Cómo lograrás satisfacer la curiosidad de tu pequeño hijo con respecto al sexo y salir vivo de eso?
Respira y relájate. Hablar con los niños sobre sexo no tiene por qué ser una experiencia traumática. Ni para ellos, ni para ti. Si deseas que esta conversación sea -en lo más posible- agradable, continúa leyendo hasta la última línea.
Algo que debes tener en cuenta es que mientras más franco seas con ellos, mejor. Y por franco no me refiero a detallista. Es que la época de la cigüeña, la abejita y la flor, ya pasó de moda. Ellos te están preguntando algo y merecen una respuesta honesta. Sin embargo, es totalmente válido -y necesario- dosificar la cantidad de información que le darás, esto básicamente dependiendo de su edad, ya que probablemente, más adelante vuelvan a hacer la misma pregunta.
Es primordial mencionar que se requiere de la participación de ambos progenitores, porque cada uno de ellos tiene una pieza importante que permitirá la formación de un bebé dentro del cuerpo de mamá. Además, coméntale que es una actividad exclusiva de los adultos, ya que el cuerpo necesita estar preparado para eso.
Entonces, recapitulando, entre las cosas que puedes decirle a tu hijo, puedes optar por explicarle que los bebés se producen cuando un hombre y una mujer adultos se aman mucho y practican una actividad especial juntos, porque cada uno de ellos tiene una pieza importantísima para que pueda formarse un bebito.
Algo importante para añadir a la charla podría ser el conocimiento de sus genitales y de cómo se llaman. Basta de ponerles nombres falsos como el muñeco, la florcita, la cueva u otros nombres ridículos que tu madre pudo haberle dado a tus genitales. Así mismo, refuerza el tema de la higiene y de la protección, para que ellos sepan que nadie debe tener acceso a esa parte de su cuerpo.
Estos temas, aunque difíciles, son importantes en la vida de los pequeños, y si queremos formar seres humanos confiados y preparados, créanlo o no, es importante darles un lugar.
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